Mascara que hice por encargo sobre un xoloescuincle el perro mexicano
Para los muertos –según el pensamiento nahua– había tres destinos:
Los que morían durante la guerra o dando a luz llegaban a Tonatiuhichan (la casa del sol); Tlalocan (el lugar de Tláloc) era el destino para aquellos que fallecieron con algo relacionado con el elemento acuso (ahogado, por rayos, lepra, gota, sarna, hidropesía); y finalmente el Mictlán, lugar para los que perdían la vida por causas ajenas a las anteriores.
En el Mictlán, era donde el xoloitzuintle sería de mayor ayuda para los muertos
En el primer nivel de este destino del inframundo, un lugar habitado por xoloitzcuintles y llamado Itzcuintla, el muerto debía cruzar un río ancho llamado Apanohuayan.
El muerto sería ayudado por su propio perro, pero si en vida no lo
había tratado bien, se quedaría en ese lugar por la eternidad.
Los que morían durante la guerra o dando a luz llegaban a Tonatiuhichan (la casa del sol); Tlalocan (el lugar de Tláloc) era el destino para aquellos que fallecieron con algo relacionado con el elemento acuso (ahogado, por rayos, lepra, gota, sarna, hidropesía); y finalmente el Mictlán, lugar para los que perdían la vida por causas ajenas a las anteriores.
En el Mictlán, era donde el xoloitzuintle sería de mayor ayuda para los muertos
En el primer nivel de este destino del inframundo, un lugar habitado por xoloitzcuintles y llamado Itzcuintla, el muerto debía cruzar un río ancho llamado Apanohuayan.
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